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La suciedad de consumo

Globalización, consumo y publicidad.

Globalización, consumo y publicidad.

La configuración actual del mundo, derivada del proceso de globalización capitalista, anula los principios de territorialidad y lo concibe como un gran mercado en donde todo es posible de comprar y vender. Acompañado también por transformaciones locales, que proponen modos de vida regidos por el predominio del capital sobre todas las áreas de la existencia, avanza hacia una privatización de la vida pública y privada acortando los márgenes de libertad en donde nuestra subjetividad se desarrolla.Las multinacionales son una de las principales beneficiadas y contribuyen a profundizar la lógica acumulativa produciendo en países donde obtienen la mayor ganancia al menor costo posible o, dicho de otro modo, en donde tienen menos restricciones a la hora de explotar el trabajo, saquear los recursos naturales y manipular el imaginario social a fin de instalar sus productos.

La mundialización acentúa los procesos de neoimperialismo convirtiendo a la naturaleza en mercancía mediante la usurpación de las riquezas naturales (tierra, petróleo, agua, minerales, etc.) a través de compras, fraudes e incluso guerras; dando lugar a la depredación y privatización de los recursos de uso común. Esto ocasiona expulsiones de comunidades originarias y campesinas, militarización, deforestación de bosques, esterilización de los suelos sembrados con transgénicos, contaminación de cursos de agua por la utilización de herbicidas y enfermedades, entre otros.

La expansión del capitalismo se acompaña por una globalización cultural visible en la sincronización del consumo a lo largo del mundo. La explotación de la subjetividad a partir de la difusión de estilos de vida apunta a fomentar un consumo desmedido sustentado por las estrategias del marketing (creador de identidades standard implícitas en los productos como formas de diferenciación social) y la publicidad (modeladora de subjetividades y deseos a través de imágenes y significaciones difundidas en los medios masivos de comunicación) . El consumismo acentúa la constitución de un individuo centrado en su satisfacción personal (siempre insatisfecha) lo cual garantiza su alienación frente a un entorno más amplio y su conformidad frente a la precarización de la existencia.

Extraído de: www.iconoclasistas.com.ar

La problemática de las prácticas culturales populares en Latinoamérica. ¿Hibridación cultural o resistencia contra-hegemónica?

La problemática de las prácticas culturales populares en Latinoamérica.  ¿Hibridación cultural o resistencia contra-hegemónica?

Desde una posición materialista-histórica asumimos dos de sus principios fundamentales: en primer lugar la noción de totalidad social; es decir, que la sociedad o formación social es un todo complejo y articulado respecto de una instancia dominante. La base material de una formación social está constituida por la unidad de las fuerzas productivas y las relaciones de producción sobre la cual se levanta una superestructura compuesta por las instancias o niveles jurídico-políticos e ideológicos. Esta superestructura está determinada en ULTIMA INSTANCIA por la base material. Remarcamos la existencia de otras instancias, la autonomía relativa de ellas, lo que permite un índice de eficacia respectivo, esto es, el modo de eficacia de las superestructuras sobre la base misma y la existencia de la sobredeterminación (Althusser, L., 1985). Y en segundo lugar la determinación social de la conciencia, es el ser social el que determina la conciencia o en otras palabras: la materialidad de la conciencia. Esta afirmación nos permite concebir a lo cultural como parte constitutiva de la superestructura y reconocer su materialidad y su posición dentro del todo; así podemos analizar la dimensión económica, política y social de lo cultural.Siguiendo a Althusser podemos afirmar que el Aparato Ideológico de Estado Cultural es una realidad dentro de la totalidad de una formación social concreta y las prácticas culturales son las representaciones simbólicas que lo componen, dentro del mismo tendremos prácticas culturales de origen diverso ya que constituye un espacio de lucha y conflicto entre las representaciones simbólicas que la clase dominante busca imponer a fin de reproducir su ideología y mantener su hegemonía;  y las prácticas culturales que los sectores populares generan o reformulan de acuerdo a sus necesidades. No hay prácticas culturales que no sean producto de una ideología y que no estén determinadas en última instancia por las relaciones de producción existentes bajo un sistema de producción determinado.

Lo popular como construcción histórica: A fin de lograr comprender las prácticas culturales de los sectores populares en Latinoamérica consideramos fundamental un intento de conceptualización del término popular. En este sentido, es necesario tener en cuenta una serie de elementos que algunos autores han desarrollado y que son imprescindibles para lograr un análisis integral de la problemática:

  1. Tener en cuenta que la configuración de los sectores populares en Latinoamérica es compleja y diversa de acuerdo a cómo se dieron los procesos de colonización, mestizaje, criollización, construcción de los estados nacionales, inmigración europea y relaciones sociales capitalistas en cada país. A esto llamamos “su configuración histórica concreta” (Colombres, 1982).
  2. Otro aspecto es su “composición múltiple”, representan lo marginado  subordinado de cada sociedad, si bien su lugar en la producción es determinante (lugar subordinado y la no propiedad de los medios de producción), los criterios ideológicos y políticos que definen posiciones de clase en lo popular en cada momento histórico es indispensable (Benitez Zenteno, 1982).
  3. El pueblo es siempre el oprimido que busca liberarse, por eso representa la alteridad crítica al sistema, se opone al proyecto dominante y resiste. Capacidad de resistencia (Ardiles, 1976).Sectores dominados de resistencia.

Entendemos por pueblo y/o lo popular a los sectores dominados dentro de una formación social concreta, que de ninguna manera constituyen un todo homogéneo, pero sí que comparten un lugar común dentro de la estructura de las relaciones sociales dominantes. Es decir, un lugar subordinado y que se encuentran en constante interacción con lo hegemónico. En los países dependientes es la lucha política concreta la que estructura y define a la realidad pueblo. El pueblo es entonces, una alianza específica de las clases, fracciones o capas dominadas de resistencia de una formación social concreta en una coyuntura.De esta manera, las representaciones simbólicas producidas, transformadas y/o apropiadas por estos sectores es lo que constituye a las culturas populares. Las culturas populares, reflejan cabalmente la realidad social, con todas sus contradicciones. La resistencia a la asimilación es una característica fundamental de las culturas populares, su actitud crítica; no sólo son las prácticas y/o productos culturales que los sectores populares generan, trasforman o re-semantizan, sino que lo hacen críticamente contra los sectores dominantes.

 Artesanías y fiestas: ¿productos culturales populares o instrumentos de dominación?:Las artesanías y las fiestas tradicionales se constituyeron en algunos casos en instrumentos político-ideológicos para la construcción de la identidad del Estado- Nación. Sin embargo, no se puede generalizar, ya que podemos encontrar a lo largo de toda Latinoamérica una gran cantidad de artesanías y fiestas indígenas, campesinas o barriales que son ejemplos de prácticas y productos culturales populares, que tienen significados muy diversos y que se configuran a la vez como resistencia contra-hegemónica. Podemos observar prácticas culturales populares en distintos movimientos sociales, en el campo y en la ciudad que constituyen espacios de experimentación, espacios alternativos que generan vínculos sociales, concientizan acerca de la explotación a la que son sometidos y de esta manera resisten y renuevan sus prácticas productivas y culturales, no se adaptan pasivamente a las reglas que el mercado capitalista impone y las pautas culturales que los medios de comunicación difunden. Generan, de acuerdo a su medio, a la herencia indígena y criolla diferente en cada región, re-significan, representan y re-elaboran lo simbólico desde un lugar propio. (Ferrara, 2007)

Las culturas híbridas: N. García Canclini describe los procesos de hibridación, como la fusión y/o reconversión de estructuras y prácticas culturales como consecuencia de algunos fenómenos tales como las migraciones, el turismo, el intercambio económico o comunicacional pero también como resultado de la creación individual y colectiva.  Es decir, reconversión económica y simbólica: las fusiones culturales, estilos de consumo de generaciones diferentes, fusión de músicas locales y transnacionales, que ocurren en las fronteras y en las grandes ciudades como consecuencia de la globalización y la transnacionalización de la cultura. Combinaciones de elementos étnicos o religiosos y de productos de tecnologías avanzadas y procesos sociales modernos o posmodernos. Por ello ya no se podría hablar de lo culto, lo popular y lo masivo; lo tradicional y lo moderno, sino de intersecciones entre estos ámbitos.

De esta manera, desde la tesis de la hibridación cultural no tendría sentido hablar culturas populares, es decir, productos culturales elaborados o re-significados por y desde los sectores populares en resistencia. Podemos preguntarnos entonces, o afirmar :el fin de las culturas populares?...tanto la pregunta, como la afirmación implican en consecuencia el fin de las prácticas y productos culturales populares y si ya no podemos visualizar prácticas y productos populares será porque ya no hay un pueblo que los produzca, los re-signifique o re-elabore; o sea, un sujeto que resiste y lucha por la transformación social y la realización de su cultura. El autor no llega a hacer tal afirmación pero la sugiere. Al plantear la reformulación y la reconversión, lo popular se constituye en procesos híbridos y complejos, es decir productos multideterminados de actores populares y hegemónicos, campesinos y urbanos, locales, nacionales y transnacionales. La reconversión es planteada como “la” estrategia para enfrentar la desigualdad y sobrellevar la situación de tránsito permanente, es la capacidad de actuar en diferentes escenarios a la vez, es decir, de adaptación exitosa al sistema capitalista.

Las diferencias y desigualdades parecieran superadas en esta suerte de síntesis cultural que son los productos híbridos. Ante la minimización de las contradicciones y las diferencias, la resistencia cultural y social contra-hegemónica pierde toda capacidad de acción y sentido. Entonces, cómo pueden explicarse los movimientos sociales organizados en todo el mundo y en Latinoamérica en particular, que generan prácticas simbólicas propias y son protagonistas de luchas políticas y sociales concretas desde hace dos décadas?

Las nociones de interculturalidad, multiculturalismo, fronteras, fragmentación, simulacro, teatralización, globalización apuntan a un mismo objetivo: relativizar la desigualdad, la explotación, la marginalidad, la imposición cultural pero sobre todo relativizar la capacidad de crítica, de generar prácticas culturales propias, de resistencia y actitud solidaria de todos los movimientos sociales populares que no reconvierten sus saberes y prácticas económicas y simbólicas a las demandas del mercado. Creemos que la categoría de totalidad social es decisiva para comprender la realidad e implica que las partes no se pueden comprender sin el todo, es decir, entender las relaciones entre el todo y la parte desde el conflicto y la tensión permanente.

De esta manera afirmamos que el materialismo-histórico conserva su validez teórica y política, dado que el sistema capitalista continúa hoy plenamente vigente y no se han superado las condiciones histórico-sociales que lo hicieron posible: la existencia de clases sociales, la propiedad privada y la explotación de una clase por otra. Esto implica que las relaciones de producción capitalistas, que son relaciones de dominación/explotación no se han disuelto y que los sectores hegemónicos continúan reproduciéndolas a través de los aparatos ideológicos, especialmente en el cultural en los cuales la lucha de clases y las contradicciones se agudizan. Por ello, el conflicto y la desigualdad que estas relaciones generan y reproducen no pueden ser minimizados ni desplazados de los ejes de temáticos centrales en cualquier análisis sobre la problemática cultural que pretenda tener carácter crítico. Así mismo, los sectores populares y/o subalternos continúan siendo los sujetos de la historia y los que a través de su organización, resistencia y lucha contra-hegemónica pueden generar un cambio. No son sólo meros receptores pasivos que asimilan lo que desde los centros de poder se difunde o que se adaptan acríticamente a sus condiciones de vida.

No se trata de negar la hibridación como una característica constitutiva de nuestras sociedades latinoamericanas. Si no, de entenderla como un espacio donde convivan las contradicciones y las luchas por la preservación de identidades no homogéneas, en dónde cada sector popular y sus representaciones simbólicas logren una preservación de un nosotros respecto de los otros en esta etapa del capitalismo en donde se pretende unificar un nosotros diverso e híbrido.

Enseñar y aprender en la diversidad.

Enseñar y aprender en la diversidad.

 

La historia que transcurre en la selva del norte salteño es sin duda conmovedora y nos llama a la reflexión. ¿Cómo ejercer la práctica educativa en un contexto atravesado por diferentes problemáticas?  En la narración vemos claramente algunas de ellas: la diversidad cultural, las necesidades económicas, el contexto familiar, social e institucional.

En este caso el maestro debió conocer y atender, en cierta medida, las problemáticas de los diferentes grupos con los que trabajaba. El sistema educativo por aquellos años no tenía como una prioridad la atención a la diversidad cultural y eso lo podemos ver en los métodos y contenidos que se impartían, sólo interesaba que esos niños pudieran hacer cuentas, leer y escribir de forma “correcta” y que no se dejara ver que los errores al hablar provenían de la estructura de sus lenguas maternas, las usadas en su vida cotidiana. De esta manera fue cómo muchos de esos niños que asistieron a esas escuelas que no eran bilingües fueran perdiendo su lenguaje y algunas de sus prácticas culturales fueran modificadas por ser consideradas perjudiciales para ellos. En este afán de unificar u homogeneizar, la escuela fue negadora por muchos años de la diversidad.

Es interesante remarcar cómo la narración nos muestra que el aprendizaje se produce en diferentes contextos, no sólo en las escuelas: el aprender a hacer las artesanías junto a las mujeres wichis es tan valioso para la protagonista cómo el haber aprendido a leer y escribir. Lamentablemente esos saberes “manuales” no eran reconocidos como conocimientos  escolares acreditables, nos preguntamos cómo sería hoy…

Considero que es fundamental contextualizar a las prácticas educativas, por un lado al sujeto al que están destinadas, su cultura, sus prácticas, valores y necesidades.  Analizar los objetivos que nos planteamos, priorizar los contenidos que sean significativos a cada situación o contexto. Tener en cuenta  las condiciones materiales en las cuales se llevará a cabo dicha práctica para de esta manera poder alcanzar no sólo los objetivos sino también el fin mismo de la educación:su superación. En la actualidad nos seguimos encontrando con situaciones totalmente diversas y problemáticas que lejos de ser mejoradas, se profundizan. Los contextos educativos son heterogéneos y cada vez más conflictivos.

Sin embargo, creo que la coyuntura político-social actual es propensa hacia la atención de la diversidad, cultural, social y económica. Por ello, creo que está en manos de quienes llevamos adelante las prácticas educativas en aprovecharla y materializarla.

La aventura del aprendizaje.

La aventura del aprendizaje.

por ALEJANDRO DOLINA

 La velocidad nos ayuda a apurar los tragos amargos. Pero esto no significa que siempre debamos ser veloces. En los buenos momentos de la vida, más bien conviene demorarse. Tal parece que para vivir sabiamente hay que tener más de una velocidad. Premura en lo que molesta, lentitud en lo que es placentero. Entre las cosas que parecen acelerarse figura -inexplicablemente- la adquisición de conocimientos. En los últimos años han aparecido en nuestro medio numerosos institutos y  establecimientos que enseñan cosas con toda rapidez: "....haga el bachillerato en  6 meses, vuélvase perito mercantil en 3 semanas, avívese de golpe en 5 días, alcance el doctorado en 10 minutos..... " Quizá se supriman algunos.... detalles. ¿Qué detalles? Desconfío. Yo he pasado 7 años de mi vida en la escuela primaria, 5 en el colegio secundario y 4 en la universidad. Y a pesar de que he malgastado algunas horas tirando tinteros al aire, fumando en el baño o haciendo rimas chuscas. Y no creo que ningún genio recorra en un ratito el camino que a mí me llevó decenios. ¿Por qué florecen estos apurones educativos? Quizá por el ansia de recompensa inmediata que tiene la gente. A nadie le gusta esperar. Todos quieren cosechar, aún sin haber sembrado...Todos nosotros habremos conocido un número prodigioso de sujetos que quisieran ser ingenieros, pero no soportan las funciones trigonométricas. O que se mueren por tocar la guitarra, pero no están dispuestos a perder un segundo en el solfeo. O que le hubiera encantado leer a Dostoievsky, pero les parecen muy extensos sus libros. Lo que en realidad quieren estos sujetos es disfrutar de los beneficios de cada una de esas actividades, sin pagar nada a cambio. Quieren el prestigio y la guita que ganan los ingenieros, sin pasar por las fatigas del estudio. Quieren sorprender a sus amigos tocando "Desde el Alma" sin conocer la escala de si menor. Quieren darse aires de conocedores de literatura rusa sin haber abierto jamás un libro. Tales actitudes no deben ser alentadas, me parece. Y sin embargo eso es precisamente lo que hacen los anuncios de los cursos acelerados de cualquier cosa...Emprenda una carrera corta. Triunfe rápidamente. Gane  mucho "vento" sin esfuerzo ninguno. No me gusta. No me gusta que se fomente el deseo de obtener mucho entregando poco. Y menos me gusta que se deje caer la idea de que el conocimiento es algo tedioso y poco deseable.¡No señores: aprender es hermoso y lleva la vida entera! El que verdaderamente tiene vocación de guitarrista jamás preguntará en cuanto tiempo alcanzará a acompañar la zamba de Vargas. "Nunca termina uno de aprender" reza un viejo y amable lugar común. Y es cierto, caballeros, es cierto. Los cursos que no se dictan:   Aquí conviene puntualizar algunas excepciones. No todas las disciplinas son de aprendizaje grato, y en alguna de ellas valdría la pena una aceleración. Hay cosas que deberían aprenderse en un instante. El olvido, sin ir más lejos. He conocido señores que han penado durante largos años tratando de olvidar a damas de poca monta (es un decir). Y he visto a muchos doctos varones darse a la bebida por culpa de señoritas que no valían ni el precio del primer Campari. Para esta gente sería bueno dictar cursos de olvido. "Olvide hoy, pague mañana". Así terminaríamos con tanta canalla inolvidable que anda dando vueltas por el alma de la buena gente. Otro curso muy indicado sería el de humildad. Habitualmente se necesitan largas décadas de desengaños, frustraciones y fracasos para que un señor soberbio entienda que no es tan pícaro como él supone. Todos -el soberbio y sus víctimas- podrían ahorrarse centenares de episodios insoportables con un buen sistema de humillación instantánea. Hay -además- cursos acelerados que tienen una efectividad probada a lo largo de los siglos. Tal es el caso de los "sistemas para enseñar lo que es bueno", "a respetar, quién es uno", etc. Todos estos cursos comienzan con la frase "Yo te voy a enseñar" y terminan con un castañazo. Son rápidos, efectivos y terminantes. Elogio de la ignorancia: Las carreras cortas y los cursillos que hemos venido denostando a lo largo de este opúsculo tienen su utilidad, no lo niego. Todos sabemos que hay muchos que han perdido el tren de la ilustración y no por negligencia. Todos tienen derecho a recuperar el tiempo perdido. Y la ignorancia es demasiado castigo para quienes tenían que laburar mientras uno estudiaba. Pero los otros, los buscadores de éxito fácil y rápido, no merecen la preocupación de nadie. Todo tiene su costo y el que no quiere afrontarlo es un garronero de la vida. De manera que aquel que no se sienta con ánimo de vivir la maravillosa aventura de aprender, es mejor que no aprenda. Yo propongo a todos los amantes sinceros del conocimiento el establecimiento de cursos prolongadísimos, con anuncios en todos los periódicos y en las estaciones del subterráneo. "Aprenda a tocar la flauta en 100 años"."Aprenda a vivir durante toda la vida"."Aprenda. No le prometemos nada, ni el éxito, ni la felicidad, ni el dinero. Ni siquiera la sabiduría. Tan solo los deliciosos sobresaltos del aprendizaje".
 



Las tribus de sociólogos y los territorios de la sociología.

Las tribus de sociólogos y los territorios de la sociología.

Dentro del campo académico de la sociología podemos encontrar  un territorio geográfico bastante diverso: desde fértiles valles del éxito y el reconocimiento hasta los más inhóspitos desiertos del desempleo o sobreempleo y el anonimato.Entre las ciencias colindantes a nuestro territorio y con las cuales hemos tenido alguna vez conflictos de límites mencionamos a la historia, la filosofía, la antropología, la economía, la ciencia política, entre otras.

La configuración epistemológica del territorio sociológico está determinada por cuatro coordenadas básicas, del lado izquierdo del mapa observamos el meridiano de la sociología crítica, mientras que del lado derecho se encuentra el de la sociología académica. Los paralelos teoricista y empirista atraviesan el territorio delineando las áreas geográficas específicas habitadas por las distintas tribus de sociólogos: la de los burócratas, la  de los sobreempleados, los subempleados, los docentes, los investigadores y los tecnócratas-consultores.

De esta manera, en el norte encontramos el árido desierto del desempleado, región habitada por integrantes de procedencia variada y al cual migran periódicamente integrantes de casi todas las tribus. La región montañosa central está poblada por la tribu de docentes, muy reconocidos por sus aptitudes para la supervivencia. En la amplia meseta se han establecido las tribus sedentarias de los burócratas que a su vez se subdividen de acuerdo al ámbito público o privado de actividad. Hacia el sur nos encontramos con la región de los fértiles valles, zona de muy difícil acceso ya que el camino  es muy selectivo y se exige el pago de algunos "peajes". Esta región está habitada en un sector por la tribu de los investigadores y en el otro por la tribu de los tecnócratas-consultores. La movilidad dentro de las tribus sólo es posible en algunos casos y  en otros hasta se permite la pertenencia a más de una.

El reconocimiento profesional es muy difícil en casi todas las tribus y muchas veces depende de las "modas académicas" : tipos de proyectos, temas de investigación, redes de relaciones personales y profesionales, etc., lograr el reconocimiento o la desacreditación. Sólo en algunas tribus se ha obtenido una cierta estabilidad laboral (los burócratas o los investigadores de carrera) pero en la mayoria la situación es precaria, lo que obliga muchas veces a migrar de tribu e incluso de territorio en busca de una mejor situación laboral.

Si bien, es un territorio complejo, atravesado por la incertidumbre y hasta inhóspito algunas veces, quienes lo habitamos sentimos un compromiso profundo por mejorarlo y hacer de él un buen lugar para vivir en la tribu que cada uno elija.



Descubriendo...

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